La arquitectura como creadora de contenido digital en el metaverso

La historia de la arquitectura, entendida como el arte de diseñar y construir, ha estado vinculada desde tiempos ancestrales al plano físico de la realidad. Parafraseando al Premio Pritzker, Rem Koolhas, si representáramos la arquitectura como una figura humana, obtendríamos un cuerpo dividido en el que una de sus partes abarcaría un mundo primitivo de hace más de tres mil años y la otra al presente siglo. Y en este punto intermedio, entre el pasado y el futuro, entre la memoria y la proyección, donde queda situada la arquitectura. Pero, ¿qué pasaría si dirigiéramos nuestra mirada hacia un futuro en el que nosotros, los arquitectos, diseñáramos fuera del plano físico?

Llevamos mucho tiempo hablando de la digitalización de nuestro sector. La tecnología actual nos permite dar forma a nuestros proyectos antes de ser construidos, estudiando cada detalle y mostrando a nuestros clientes cómo serán sus futuros edificios. Pero ahora, se abre un nuevo camino que sitúa al arquitecto ante un nuevo paradigma como creadores de contenido digital, donde realidad virtual y aumentada dan lugar a una realidad extendida que queda representada a través de pseudo-mundos en el que los usuarios son sumergidos para “vivir” e interactuar junto a otros. Bienvenidos al Metaverso.

Definitivamente, se trata del concepto de moda más influyente en la escena tecnológica y, posiblemente, acabe convirtiéndose en la palabra de este año. Desde que Mark Zuckerberg anunciara su nueva apuesta por los mundos virtuales en aquel evento online, donde también anunció el rebranding de Facebook por Meta, se ha convertido en uno de los temas más controvertidos del momento, siendo abordado por un gran número de celebridades y medios especializados.

Sin embargo, nadie puede dar una definición exacta (y última) de qué es el metaverso. En el ámbito teórico, el concepto fue acuñado a partir del libro de ciencia ficción de Neal Stephenson, Snowcrash (1992). En él, el autor ofrece su visión de cómo será la evolución del mundo digital, describiendo un entorno virtual distópico al que las personas recurren para escapar de la realidad. Esta premisa, que también hemos visto representada en la gran pantalla a través de películas como Matrix y Ready Player One, es la principal apuesta de las grandes tecnológicas como Meta (anteriormente Facebook) o NVIDIA y que han bautizado como la siguiente gran revolución digital.

Y es que, en esta propuesta de metaverso, cualquier aspecto que podamos imaginar en nuestro ideario es potencialmente construible; desde ciudades virtuales donde convivir con otros usuarios, hasta economías digitales. En definitiva, se trata de una extensión de nuestra vida que nos brinda la posibilidad de experimentar sensaciones “reales” en un multiverso digital. Y todo ello gracias a una realidad extendida y potenciada mediante el uso de dispositivos de realidad virtual y aumentada como: guantes hápticos, dispensador de esencias, visores de alta definición, etc.

Aunque parece que estemos ante un concepto totalmente nuevo, la realidad es que el Metaverso lleva con nosotros mucho más tiempo del que pensamos. Y es que, los videojuegos de mundo abierto, denominados popularmente como sandbox, son una especie de Metaverso precursor, donde el componente online, social y económico que han ido adquiriendo durante estos últimos años, nos ayuda a hacernos una idea, algo lejana, de lo que nos depara esta clase de universos digitales.

Muchos estudios de arquitectura llevan años apoyando a equipos de desarrollo de videojuegos en el diseño de sus niveles, y a día de hoy, profesionales de la talla de Nouvel, Piano o Foster se han sumado a esta nueva variante arquitectónica para crear las ciudades del Metaverso. En unas declaraciones, Zuckerberg afirmaba que “los arquitectos serán los nuevos influencers del mundo virtual. Necesitamos arquitectura para levantar nuestro mundo digital y no vamos a escatimar esfuerzos, recursos ni dinero”.

El Metaverso, entendido como un mundo digital en el que cualquier aspecto de nuestro ideario es construible, requiere de un contenido masivo y constante para entretener y retener a los usuarios. A mayor número, mayor será el interés de agentes externos por invertir en él y hacerlo realidad. De hecho, empresas de lujo como Balenciaga cerraron sus tiendas físicas y apostaron por presentar y vender sus últimas colecciones de manera digital mediante NFTs (Non Fungible Tokens).

Del mismo modo, este entorno digital sitúa a la arquitectura ante un abanico lleno de posibilidades. Un hábitat virgen. Una utopía sin las limitaciones del plano físico donde poder crear activos digitales como ciudades ficticias, donde los internautas puedan desarrollar actividades sociales y económicas. Incluso podemos trabajar para grandes marcas que quieran abrir sus tiendas en un Metaverso. Las posibilidades son realmente infinitas y, además, potencialmente vendibles en diferentes mundos.

La artista contemporánea, Krista Kim, registró a principios de 2021 la primera venta de criptomuebles del mundo, entregando el diseño de su  vivienda digital, bautizada como “Mars House (Casa Marte)”, por casi medio millón de euros. Kim proyecta su Mars House como una escultura de luz que evoca una atmósfera zen y reparadora, la cual queda potenciada por una composición musical ideada por Jeff Schroeder, guitarrista de la conocida banda Smashing Pumpkins. En una de sus intervenciones más recientes, la artista afirma que pronto “viviremos en un estilo de vida de realidad aumentada” y los NFTs ocuparán un papel clave para su desarrollo”.

El metaverso es, por tanto, una idea que los estudios de arquitectura deben explorar en sus modelos de negocio, ya que, no solo van a poder vender sus diseños en estos mundos digitales, sino que también puede ayudarnos a mejorar en los procesos de venta. Y es que, nos permitirá transmitir mejor las propuestas a nuestros clientes, dejando a un lado la maqueta física, para sumergirnos digitalmente en ella y tener la experiencia en tiempo real de recorrer sus estancias, sus pasillos, sus jardines… El cliente entenderá qué es lo que el usuario va a sentir cuando ponga el primer pie en el edificio, cómo el sol va a incidir sobre las fachadas en verano o cuál será la fragancia que emite la vegetación de la urbanización durante un paseo por ella.

Siguiendo con esta tendencia en el diseño de mundos digitales, ONE Sotheby’s International Realty y Voxel Architects, junto con el contratista general y coleccionista de NFT, Gabe Sierra, han desarrollado la primera mansión «MetaReal». O lo que es lo mismo, un pack en el que se incluye la casa en el mundo real y su réplica virtual en el metaverso. En una entrevista concedida a Forbes, Sierra, explica que “el metaverso de la casa servirá como una extensión de la casa del mundo real, permitiendo al comprador organizar reuniones, eventos y fiestas en la casa con invitados de todo el mundo […] Al imitar el entorno del mundo real del comprador, estamos creando una experiencia que mezcla las líneas entre el metaverso y la realidad”.

¿Y si en lugar de proporcionar servicios individuales, nosotros, los arquitectos, reinventáramos nuestro propio modelo de negocio para proporcionar una escalabilidad que pueda beneficiar no solo a un usuario, sino a una infinidad de ellos, en múltiples escenarios y originando diversas experiencias? Dado el movimiento de grandes estudios de arquitectura como Foster & Parthers, parece que nuestro mercado vira hacia ahí, dejando cada vez más claro que 2022 va a ser un año clave para el metaverso y, más concretamente, para el metaverso inmobiliario, donde nosotros seremos los encargados de hacerlo realidad.

El devenir digital de la arquitectura

Las ciudades del futuro no solo serán de hormigón y acero. Sino que muchas de ellas levantarán sus cimientos a través de ideas y estarán localizadas en entornos digitales. Muchos afirman que esto no es nada más que el comienzo de una nueva revolución digital, mucho mayor a la vivida con la World Wide Web. Ya existen empresas enfocadas en estos mundos, moviéndose mediante NFTs y respaldando “pequeñas” realidades alternativas en las que ofrecer y administrar activos digitales, construcción y riqueza.

“Las mejores propiedades virtuales se revalorizarán más rápido que los inmuebles del mundo real«. Janine Yorio, Directora Ejecutiva de Republic Realm, empresa líder en metaverso y NFT.

Sin embargo, el gran entusiasmo visto por estas plataformas ha provocado ciertos acontecimientos que, sin duda, han encendido muchas alertas. Y es que, los artistas han encontrado en el Metaverso y en los NFTs, el lugar ideal para comercializar sus obras sin tener que recurrir a intermediarios o exposiciones físicas. Esto les ha dado nuevas oportunidades de crecimiento, pero también ha dado pie a un juego de especulación donde nadie quiere quedarse fuera. Por ejemplo, el artista “Beeple” logró vender su arte en torno a los 70 millones de dólares, convirtiéndolo en una de las obras más caras jamás subastadas.

Estos potenciales peligros hacen que el Metaverso, entendido como revolución social, industrial y tecnológica, requiera de un estudio legal y deontológico que establezca una columna vertebral que garantice unas buenas praxis y una protección a los usuarios y empresas en cualquier ámbito o situación.

Mientras tanto, los arquitectos hemos encontrado en el Metaverso una plataforma única en la que poner en valor nuestras ideas. La verdadera digitalización de nuestro sector pasa directamente por la creación de estos mundos digitales. Somos y tenemos que definir los nuevos valores de la arquitectura en esta era digital que, claramente, estamos llamados a ser los encargados de diseñarla.