La arquitectura y la literatura se encuentran en una armonía única

on 5 abril, 2024

“Todo autor se convierte, en menor o mayor medida, en arquitecto, porque tiene que escribir sobre lugares donde interactúan, habitan o transitan sus personajes, los que sirven de marco especial a sus historias” Juan Calatrava Escobar.

A lo largo de la historia, hemos sido testigos de cómo los arquitectos encuentran inspiración en las páginas literarias, mientras que los escritores dan vida a sus pensamientos contextualizándolos en la arquitectura, creando así una danza creativa donde la arquitectura y la literatura encuentra una armonía única.

En el acto de la lectura, transcendemos de nuestra propia identidad, nos regala la oportunidad sumergirnos en universos ajenos. La esencia mágica de la literatura se revela cuando un personaje o espacio experimenta una transformación única en la percepción de cada lector que se sumerge en sus páginas.

Nuestra mente tiende a asociar determinadas acciones con entornos específicos

Imaginemos un fragmento de una obra en el cual el autor describe el hogar del personaje. Cada detalle de este espacio guiado por el escritor nos transporta a distintos lugares, moldeando nuestra percepción y generando sensaciones específicas. La distribución de este hogar, según la narración tiene el poder de hacernos sentir de maneras diversas. Si el autor nos sumerge en la imagen de nuestro personaje descansando en el salón de su casa, rodeado de una biblioteca repleta de libros, una cálida chimenea, con la luz del atardecer filtrándose desde la ventana e iluminando todo a su alrededor, experimentamos una sensación de calidez y seguridad, como si nos encontrásemos en un refugio personal.

De lo contrario, si quisiese evocar tristeza y estrés, diseñarían un rincón sombrío y desgastado, donde la luz se filtra tímidamente a través de las cortinas descoloridas. Las paredes, impregnadas de años de soledad y desesperanza, el mobiliario, viejo y desgastado, un ambiente cargado de silencio interrumpido solo por el crujir del suelo de madera. Un par de fotografías en la pared, colgadas de manera irregular y dobladas, contando momentos que no volverán, las sombras alargadas en las esquinas, provocando sensación de claustrofobia y desesperación.

La descripción detallada de los elementos contribuye a crear una atmósfera melancólica que puede generar una respuesta emocional especifica y aquí es donde se une la literatura y arquitectura.

Por otro lado, el arquitecto utiliza el espacio, la escala y los materiales para evocar sentimientos. Cuando un arquitecto lleva a cabo un diseño, se esfuerza por alinear conscientemente los elementos para crear una experiencia sensorial coherente. La elección de cada detalle se realiza con la intención de guiar los sentidos del usuario hacia la experiencia deseada. Por ejemplo, si se busca evocar intensidad, el arquitecto podría concebir espacios inmensos y altos, generando la sensación de pequeñez y potenciando así la experiencia impactante dentro de ese proyecto arquitectónico.

La arquitectura como constructora de relatos: explorando la intersección entre literatura y espacio

Gabriel García Márquez, Cien años de soledad

Gabriel García Márquez utiliza los espacios arquitectónicos cual personajes para apoyarse en contar la historia: las casas, pueblos y ciudades son protagonistas esenciales, con descripciones detalladas que revelan su importancia en la vida de los que lo habitan, provocando estados de ánimo o simbolizando ideas.

En Cien años de soledad, una obra literaria que se centra en la historia de la familia Buendía a lo largo de varias generaciones en el pueblo ficticio de Macondo, la trama se enfoca en aspectos como la magia, la historia y la naturaleza humana.

Algunos críticos y académicos han explorado la relación entre la arquitectura y la novela desde un punto de vista simbólico. La detallada descripción de Macondo y sus construcciones a lo largo del tiempo puede interpretarse como una metáfora de la evolución y decadencia de la sociedad latinoamericana. Además, la forma en la que se construyen y destruyen las estructuras en la novela podría reflejar los cambios políticos y sociales en la región. Las construcciones en Macondo podrían ser vistas como símbolos de la historia y la herencia de la familia Buendía. La casa de los Buendía se construye y destruye a lo largo de la novela, representando el tiempo, la decadencia y la memoria.

Ilustración de Cien años de soledad - Gabriel García Marquez

Ilustración de Cien años de soledad – Gabriel García Marquez

“Moviéndose a tientas por los dormitorios vacíos percibía el trueno continuo del comején taladrando las maderas, y el tijereteo de la polilla en los roperos, y el estrépito devastador de las enormes hormigas coloradas que habían prosperado en el diluvio y estaban socavando los cimientos de la casa. Un día abrió el baúl de los santos, y tuvo que pedir auxilio a Santa Sofía de la Piedad para quitarse de encima las cucarachas que saltaron del interior, y que ya habían pulverizado la ropa. <No es posible vivir en esta negligencia>, decía. <A este paso terminaremos devorados por las bestias.> 

Fragmento de la obra Cien años de soledad, Gabriel García Márquez.

Arquitectura como eje narrativo en una novela basada en un mundo edificado

La catedral del mar por Ildefonso Falcones

La catedral del mar se sumerge en el contexto histórico y social de Barcelona medieval, centrándose en la construcción de la iglesia de Santa María del Mar, que hoy en día es conocida como la Catedral del Mar. La narrativa destaca la intersección entre la vida diaria de los personajes y el proceso arquitectónico, evidenciando que la arquitectura no solo configura el entorno físico, sino que también ejerce una profunda influencia en la existencia de las personas. La catedral se alza como un símbolo de la comunidad, un faro de esperanza que, a la vez, refleja las tensiones y desigualdades de la época.

La novela explora la compleja relación entre arquitectura y poder, la construcción de la catedral se convierte en un acto de resistencia, una afirmación de la identidad comunitaria frente a la opresión de la nobleza. A medida que la catedral va tomando forma, se funde como un testigo silencioso de las luchas individuales y colectivas de los personajes, reflejando la evolución de las relaciones sociales y políticas, como un canto a la libertad y solidaridad.

La catedral del mar nos invita a reflexionar sobre la arquitectura como algo más que un conjunto de estructuras físicas. Se convierte en un medio para explorar temas universales como la libertad, la justicia y la solidaridad. La novela utiliza la construcción monumental como un vehículo para narrar una historia épica que transciende de lo material, resaltando la capacidad de la arquitectura para reflejar y moldear las aspiraciones y valores de una comunidad. Nos permite vivir en carne propia la construcción de un símbolo imperecedero y los sucesos de una sociedad en constante transformación.

La catedral del mar, Barcelona

La catedral del mar, Barcelona

“Los tres miraron hacia la parte posterior de la iglesia, donde se levantaban las diez columnas; ocho en semicírculo y dos más apartadas. Tras ellas se habían empezado a construir los contrafuertes y los muros que formarían el ábside. Pero si las columnas subían por encima de la pequeña iglesia romántica, los andamios subían y subían, sin razón aparente, sin columnas en su interior, como si los operarios se hubieran vuelto locos y quisieran construir una escalera hacia el cielo.”

Fragmento de La catedral del mar

Arquitectura como lenguaje: Simbolismo e inspiración en la construcción de edificios

El castillo de Kafka

El retorcido castillo de Kafka por Ricardo Bofill. El castillo es una novela inacabada de Kafka de 1926 que sigue la odisea del protagonista llamado K, en su intento por integrarse en una misteriosa y burocrática sociedad dominada por un castillo inaccesible, K se enfrenta a obstáculos y frustraciones mientras busca respuestas sobre su estatus y propósito en un entorno laberíntico y surrealista. La obra explora temas como la alineación, la autoridad y la búsqueda de significado en un mundo absurdo, característicos del estilo único y visionario de Kafka.

Esta novela inspiró a Ricardo Boffil para la construcción de El castillo de Kafka ubicado en Stiges, España. Se compone de una combinación de torres cilíndricas y cuadradas que se entrelazan mediante pasillos y escaleras. Estas torres están recubiertas con bloques de hormigón, otorgándoles una presencia sólida y grandiosa. Su forma de laberinto y sus muros de hormigón característica del estilo brutalista, genera un interesante contraste que crean una atmósfera opresiva y una fuerte carga emocional.

El Castillo de Kafka representa una integrante fusión de estilos arquitectónicos que entrelaza el brutalismo, el postmodernismo y el surrealismo. Su diseño singular reinterpreta de manera moderna la fortaleza medieval, inspirando al mismo tiempo sensación de misterio y fantasía.

Una de las características más notables del Castillo de Kafka es su intrincada disposición interna, formando un laberinto que invita a la exploración y la reflexión. Los pasillos y escaleras se entrelazan de manera surrealista, reflejando la influencia de las obras del escritor Franz Kafka, cuyo estilo y temas de alineación y absurdo se conectan con la estructura misma.

Castillo de Kafka, Sant Pere de Ribes (Barcelona)

Castillo de Kafka, Sant Pere de Ribes (Barcelona)

“El campanario, es cierto, no podía dudarse, se erguía recto, rejuveneciéndose en la parte superior, y coronado por un techo ancho de tejas rojas, un edificio terrenal —¿qué otra cosa podíamos construir? —, pero con una finalidad muy superior a la del achaparrado villorrio y con una expresión más luminosa que la otorgada por el sombrío día laboral. La torre de allá arriba —era lo único visible— era la torre de una vivienda, como ahora se mostraba, quizá la del castillo principal, un edificio redondo y uniforme, en parte cubierto piadosamente por la hiedra, con pequeñas ventanas que destellaban por la luz del sol —su aspecto tenía algo de descabellado—, y acababa en una especie de azotea, cuyas almenas, inseguras, irregulares, rotas, mordían el cielo azul y parecían haber sido diseñadas por un niño descuidado o acobardado. Era como si algún habitante afligido que tendría que haberse mantenido encerrado en la habitación más alejada de la casa, hubiese roto el techo y se hubiese alzado para mostrarse al mundo.”

Fragmento de la obra El castillo de Kafka.

El Danteum de Giuseppe Terragni

El Danteum de Giuseppe Terragni es un proyecto arquitectónico basado en “La divina comedia”, un poema épico escrito por Dante Alighieri en el siglo XIV. Este poema explora temas como el pecado, la redención y la búsqueda de la salvación. Se divide en tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso. En el infierno, encuentra a personas condenadas por sus pecados, en el Purgatorio, las almas se purifican antes de ir al Paraíso y en el Paraíso, experimenta una visión de la perfección divina.

La obra de Terragni es considerada una obra maestra conceptual, aunque nunca llegara a construirse. Este proyecto buscaba traducir la compleja narrativa del poema épico en una experiencia espacial única, influenciado por diversas corrientes arquitectónicas, como el racionalismo italiano y el expresionismo. El uso de la geometría y la simbología tenía un papel fundamental en la concepción del edificio.

El diseño incluía una serie de espacios interconectados que reflejaban los nueve círculos del Infierno, los siete niveles del Purgatorio y los nueve cielos del Paraíso, cada nivel estaba diseñado para transmitir la atmósfera de la obra de Dante.

El Infierno era un espacio cavernoso y oscuro, con una rampa descendente que simbolizaba la caída del alma en el pacado.

El purgatorio era un espacio intermedio con una rampa ascendente que representaba la purificación del alma.

El paraíso era un espacio luminoso y celestial, con una estructura cónica que simbolizaba la ascensión del alma a la felicidad eterna.

El Danteum no solo era una obra arquitectónica, sino también una experiencia sensorial completa: luz, textura, sonido y escala se combinaban para crear una atmósfera que transportaba al visitante al universo de Dante.

The Danteum - Giuseppe Terragni

The Danteum – Giuseppe Terragni

A pesar de no haberse llegado a construir debido a varias razones, incluida la Segunda Guerra Mundial y la muerte prematura de Terragni, El Danteum es un ejemplo del potencial de la arquitectura para traducir ideas abstractas en experiencias espaciales y emocionales.

En conclusión, El Danteum nos invita a reflexionar sobre la relación entre la arquitectura, literatura y experiencia humana.

“Tal la bestia me hacía sin dar tregua,

pues, viniendo hacia mí muy lentamente,

 me empujaba hacia allí donde el sol calla.

 Mientras que yo bajaba por la cuesta,

se me mostró delante de los ojos

alguien que, en su silencio, creí mudo.”

Fantástico Sr. Fox por Roald Dahl

La novela infantil Fantástico Sr. Fox por Roald Dahl inspiró a la creación del comedor escolar de un jardín de infancia en Prestwood, Inglaterra, los arquitectos de Rosee SA y PMR arquitectos, diseñaron la estructura inspirada por el pueblo bajo tierra que se describe en el libro de Dahl, The Little hall.

El comedor presenta el ambiente divertido y feliz de la novela que trata sobre un astuto zorro que desafía a tres granjeros malvados para alimentar a su familiar y a otros animales del bosque. A primera vista, la conexión entre esta historia y la arquitectura podría no ser obvia, ya que la trama se centra en la valentía y la astucia del Sr. Fox. Sin embargo, desde un punto de vista simbólico, se pueden explorar algunos elementos relacionados con la arquitectura. La forma en que el Sr. Fox utiliza su ingenio para burlar a los granjeros y encontrar refugio en distintas madrigueras podría interpretarse como una metáfora de cómo la arquitectura y el entorno construido pueden influir en la supervivencia y el estilo de vida de los personajes. La novela trata temas de hogar y comunidad, que están intrínsecamente vinculados a la arquitectura. Las madrigueras y las construcciones naturales de los animales representan sus refugios y lugares de pertenencia, mientras que las acciones del Sr. Fox para asegurar la supervivencia de su comunidad pueden ser vistas como una reflexión sobre la importancia del espacio construido en la vida cotidiana.

Inspirados en la novela, los arquitectos Rosee SA y PMR diseñaron seis casas de tejado a dos aguas, con entramado de madera que se unen para formar un comedor de usos múltiples y un espacio para un club extraescolar. Una fachada de madera con colores vibrantes rodea las dos fachadas principales para fusionar el nuevo salón con el entorno escolar, reflejando la línea del techo de la escuela existente. Las nuevas ventanas, ubicadas en diferentes alturas, ofrecen vistas del salón desde el patio de recreo y proporcionan repisas interiores y estantes para los niños y sus creatividades.

Fastastic Sr. Fox

Fastastic Sr. Fox

“Haremos un pequeño pueblo subterráneo, con calles y casas a cada lado, casas separadas para tejones, topos y conejos y comadrejas y zorros. Y todos los días iré de compras para todos vosotros. Y todos los días comeremos como los reyes”

Fragmento obra Sr. Fox por Roald Dahl

Explorando la Intersección entre la Realidad y la Ficción en Literatura y Arquitectura

En este cruce entre la realidad y la ficción, donde la literatura y la arquitectura se entrelazan, surge una pregunta que transciende los límites convencionales. ¿Acaso la ficción supera a la realidad o es la realidad la que inspira a la ficción? Desde la calidez de las palabras que construyen mundos hasta la solidez de las estructuras que dan forma a la narrativa, exploramos cómo la literatura y la arquitectura se nutren mutuamente para provocar sensaciones, desafiar percepciones y construir significados que transcienden los límites de lo conocido. En este espacio donde la imaginación se entrelaza con la realidad tangible, nos embarcamos en un viaje que desafía nuestra compresión y nos invita a descubrir nuevos horizontes donde la verdad se revela de formas inesperadas.

Sobre el autor

Rosario Sánchez

Graduada en Cámara y postproducción Digital en la Escuela de Arte de Granada y especializada en Dirección Creativa. Ha participado en diversos proyectos culturales como freelance. Su trayectoria profesional le ha permitido trabajar en diferentes grupos de trabajo interdisciplinares, adaptándose a nuevas situaciones, culturas y metodologías de trabajo. Desde 2021, forma parte del atelier de ADORAS como creativa realizando trabajos de diseño gráfico, fotografía y redes sociales.

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Más allá de lo visual: relaciones entre arquitectura y música

on 2 junio, 2023

“¿No has observado al pasearte por la ciudad, que entre los edificios que la componen, algunos son mudos, los otros hablan y otros, en fin, los más raros, cantan?” (Paul Valéry, 1923). Esta es una de las muchas analogías que se han establecido a lo largo de la historia para unir dos conceptos que, a priori, muestran trayectorias diferentes: música y arquitectura. Sin embargo, si hablamos de las estructuras de armonía, composición, base, ritmo o equilibrio, ¿no son sino multiplicidades que convergen entre ambas?

Estructuras y relaciones entre la arquitectura y la música

El preciso orden compositivo bajo el que se sustentan estas formas de expresión humana ha favorecido, históricamente, un punto de encuentro entre arquitectos y músicos que da origen a esta hibridación entre estructuras. Por ejemplo, la “armonía”, entendida como el equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un todo, es compartida en ambos conceptos. En música, su estudio implica los acordes y su conexión para generar un conjunto ordenado de notas superpuestas que conforma la obra, mientras que en la arquitectura es la disposición ordenada y congruente de los elementos constructivos que dan lugar al edificio.

A su vez, ambas artes trazan secuencias — elementos que se suceden unos a otros y guardan relación entre sí — que adaptan sus significados a las características inherentes de cada una de ellas. Un espacio móvil y temporal pensado por y para el beneficio de la psique humana donde uno comunica arquitecturas en el tiempo, la música; y el otro, arquitecturas en el espacio. Dos universos claramente diferenciados, el acústico y el visual, pero conectados a lo largo del transcurso de la historia.

Un breve análisis de la génesis del todo

Antigua Grecia

Las relaciones armónicas ya eran conocidas en la Antigua Grecia, pero es Pitágoras, absorbido en la idea de una ciencia musical, quien encuentra las relaciones en las consonancias musicales. El autor define una tipología espacial entre los intervalos y enmarca el concepto en una medida matemática fija. Así queda reflejado en la leyenda de “Los martillos de Pitágoras”, la cual relata la historia de cómo el matemático y filósofo descubrió los intervalos fundamentales de octava, quinta y cuarta cuando escucha el sonido de unos martillos al pasar por enfrente de una herrería.

Sin embargo, Pitágoras no estaba buscando consonancias musicales, sino que veía la música como un modelo numérico para dar respuestas a la realidad. Sea como fuere, logró expresar esta relación armoniosa en una expresión matemática, dando lugar a una proporción perfecta equivalente a 0,618, el número áureo, base de la armonía y de la arquitectura clásica. De hecho, si analizamos la fachada del Acrópolis de Atenas y disponemos un rectángulo ficticio sobre ella, podremos observar cómo se cumple esta relación armónica con una proporción 1:1,618.

Acrópolis de Atenas y su proporción áurea

Acrópolis de Atenas y su proporción áurea

No obstante, la relación entre música y arquitectura no queda aquí. Y es que, los maestres griegos introducen los órdenes arquitectónicos. En resumen, se trata de una serie de reglas geométricas y matemáticas por las que cada elemento queda puesto en relación con las dimensiones del conjunto. Pero, ¿no es esto sino la búsqueda de consonancias armónicas? La fusión entre música y arquitectura es más que clara.

Renacimiento

En un contexto histórico en el que la arquitectura gótica predominaba prácticamente en toda Europa, el espíritu renacentista supuso una ruptura que buscaba redescubrir el ideario clásico. Una antigüedad considerada como el modelo perfecto y cuyas bases, junto al humanismo, regresaron para guiarnos hacia una nueva visión del mundo.

El renacer del mundo clásico — y por lo tanto de las consonancias armónicas — vino acompañado de diversos líderes y teóricos, siendo considerados Alberti, Serlio y Palladio los principales protagonistas. Y es que, el descubrimiento de antiguos tratados de arquitectura clásica como De architectura de Vitruvio, fueron la base de estos artistas para dar lugar nuevas interpretaciones de aquel arte. Así, Alberti, en su obra De edificatoria y Della statua e Della pittura, vuelve a poner en el foco una ciencia matemática que acerca las artes plásticas a las consonancias musicales. La relación entre ambas disciplinas estaba de vuelta.

Relaciones proporcionales en la fachada de Sta. María de Novella, Florencia

El plano contemporáneo: un momento de grandes cambios

El comienzo del siglo XX se caracteriza por ser un periodo histórico repleto de grandes cambios a nivel mundial. Una danza de teorías e ideas que afectó a distintas esferas y que a nivel artístico supuso la deconstrucción de lo ya establecido para dar respuesta a nuevos paradigmas.

Así, en el plano musical, la crisis del sistema tonal significó la búsqueda de nuevos códigos lingüísticos, dando lugar a escalas musicales nunca vistas. Las matemáticas vuelven a ocupar un lugar en la música y artistas como Claude Debussy, creador de la escala de los tonos enteros, hacen uso de la proporción áurea en varias de sus obras. En este sentido, La mer de Debussy, es uno de los mejores ejemplos en el uso de esta estructura, siendo considerada como una de las obras más importantes del autor. Sin embargo, otros compositores como Arnold Schönberg rompieron directamente con el aspecto tonal establecido y dotaron a sus obras con un nuevo sistema musical: el atonal.

 

Esta ruptura estructural vuelve a poner en foco la relación entre la música y la arquitectura. Y es que, ambas artes, quedan sumergidas en este proceso de deconstrucción que dio origen a nuevas metodologías y sirvió a diversos artistas para establecer una complicidad compositiva entre ambas disciplinas. Así, nos encontramos ejemplos tan característicos como el Pabellón Philips, el Museo Judío o la Casa Stretto.

Pabellón Philips

Con motivo de la celebración de la Exposición Universal de Bruselas de 1958, cuya temática estaba relacionada con la luz y el sonido, el atelier de Le Corbusier recibe el encargo de realizar el diseño del Pabellón Philips. El arquitecto suizo, teniendo en mente la temática de la exposición, imagina una composición vinculada plenamente con la música. Para llevarla a cabo, pidió la participación de dos figuras que jugaron un papel crucial en su desarrollo: Iannis Xenakis, compositor y arquitecto, para realizar el concept design y el desarrollo arquitectónico, y Edgar Varèse, quien compuso la música que se iba a proyectar en el interior del Pabellón. Y es que, Le Corbusier no solo se remitió a la construcción de una estructura, sino que concibió su obra como un todo, como un Poème électronique donde arquitectura, sonido e imagen se fundieron para sumergir al público en un espacio de ensueño.  

Pabellón Philips diseñado por Le Corbusier y Iannis Xenakis

Pabellón Philips diseñado por Le Corbusier y Iannis Xenakis

Para lograr este cometido, ambos arquitectos plantearon un asombroso diseño basado en la representación en clave arquitectónica de Metastaseis, una obra musical de Xenakis que se basa, principalmente, en el uso de curvas del glissando (efecto de sonido que consiste en subir o bajar de manera constante y progresiva la altura de un sonido haciendo que se escuchen todos los sonidos intermedios). Es este concepto el que dio lugar al peculiar aspecto del Pabellón, donde tres puntas actúan como principal eje vertebrador para crear diferentes formas hiperbólicas recubiertas con paneles de hormigón.

Partitura de Metastaseis y planos conceptuales del Pabellón Philips

En el Pabellón Phillips apliqué las mismas ideas básicas que en Metastaseis: como en la música, estaba interesado en el problema de ir de un punto a otro sin interrumpir la continuidad. En Metastaseis, la solución me llevaba a los glissandos; en el Pabellón la respuesta me la dieron los paraboloides hiperbólicos” (Xenakis, 2009, p. 145). Lo que representa el Pabellón Phillips opera más allá de una simple relación entre disciplinas. Se trata de un ejemplo de interacción absoluta entre lenguajes. Un proyecto de vanguardia realizado a través de música que volvió tangible lo intangible.

Museo Judío de Daniel Libeskind

El Museo Judío de Berlín no es solo un simple lugar. Es una obra de grandes dimensiones a nivel físico y espiritual que busca sensibilizarnos y sumergirnos en uno de los hechos históricos más relevantes acontecidos en Europa: el holocausto judío. Alejándose del museo tradicional, el arquitecto polaco Daniel Libeskind plantea su obra como un gradiente de emociones. La descomposición de la estrella de David – símbolo de relevancia para el sionismo – sirvió para dar forma a un edificio cuya planta queda proyectada a través de tres ejes. Estos marcan el recorrido por las diferentes salas del museo y tienen por objetivo mostrar sensorialmente las vivencias de los judíos durante el genocidio. Pero, ¿qué conexión tiene esto con la música?

Museo Judío de Berlín

Museo Judío de Berlín

El pasado de Daniel Libeskind como músico y virtuoso del violín, así como su ímpetu por lograr una arquitectura irracional y estimulante, le llevó a interconectar el Museo Judío con la música. Así, el polaco encontró en el compositor Arnold Schönberg la figura perfecta para ejecutar dicha relación. Y es que, al final del segundo acto de una de sus obras más conocidas, Moisés y Aarón, el compositor austriaco genera un movimiento inconcluso que conduce hacia un silencio infinito. Esta ausencia de sonido es la que inspiró a Libeskind para crear en el Museo Judío una atmósfera de máxima tensión sensorial con el objetivo de transmitir al público el horror y el miedo sufrido en aquella época.

Para lograrlo, el arquitecto dota a los tres ejes con una estanqueidad acústica y pequeñas aperturas hacia el exterior que dejan entrar la luz en sus “espacios ciegos”. En el exterior, destacan los recorridos inclinados mudos, los cuales surgen para lograr un efecto de desorientación en los visitantes que les permita generar una conexión sentimental. Además, su pavimento está formado por unas láminas de acero con expresiones de rostro horrorizado que, al pasar sobre ellas, emiten un sonido metálico y grave que pretende “incomodar” intencionalmente a los visitantes.

Pasillos interiores en el Museo Judio

Pasillos interiores en el Museo Judio

El Museo Judío de Daniel Libeskind no es solo un proyecto que nos recuerda uno de los hechos históricos más relevantes de Europa, sino que es un gran ejemplo de como música y arquitectura queda sumidas en una afinidad conceptual que es capaz de generar un arte en el que versan mutuamente.

Stretto House de Steven Holl

La Casa Stretto, diseñada por el americano Steven Holl, es uno de los primeros proyectos donde el arquitecto desarrolló su interés por la música. La obra fue un encargo de unos clientes con gran gusto por el arte y la arquitectura, hecho que influyó positivamente durante un proceso creativo en el que Holl fue dotado de una libertad absoluta.

Jardines y zona de agua de Stretto House de Steven Holl

Jardines y zona de agua de Stretto House de Steven Holl

El terreno en el que debía desarrollarse la vivienda contaba con múltiples peculiaridades que el arquitecto quiso aprovechar. Sin embargo, la más importante era un arroyo que atravesaba la parcela y alimentaba tres pequeños estanques que dejaban fluir el agua mediante cascadas. Conversando con sus alumnos, Holl les pidió consejo para encontrar una fórmula en la que estructurar su proyecto, a lo que uno de ellos le propuso inspirarse en la forma musical de un stretto. El arquitecto encontró aquí una relación conceptual entre disciplinas, pues esta estructura musical describe la superposición de los temas en una obra, de la misma manera que el agua del arroyo se superponía en los diferentes desniveles. Partiendo de esta relación, Holl basó la composición formal de la vivienda en la obra del compositor húngaro Béla Bartók, cuya pieza Stretto para cuerda, percusión y celesta” comienza con dicho recurso en su primer movimiento.

Axonometría Stretto House. Steven Holl Arquitectos

Axonometría Stretto House. Steven Holl Arquitectos

La vivienda fue ideada para albergar cuatro áreas encadenadas que se superponen entre sí. El arquitecto dotó a cada una de ellas con diferentes rasantes y materialidades para simbolizar los cuatro movimientos con los que cuenta la obra de Bartók. Para ello, Holl no solo conecta los bloques mediante elementos superpuestos – Stretto–, sino que juega con la materialidad de cada uno de los elementos de la vivienda para representar diferentes sonidos. Así, los materiales robustos y macizos como los empleados en los bloques simbolizan la percusión, mientras que aquellos más ligeros como el acero y el vidrio representan los sonidos más armónicos. En su exterior, la naturaleza es la principal protagonista. Un conjunto con una gran frondosidad y formas orgánicas que Steven Holl relaciona con el tercer movimiento de “Stretto para cuerda, percusión y celesta”, en el cual los instrumentos de cuerda toman el papel de la naturaleza y generan una dualidad sonora frente a los más pesados.

Boceto e infografía Stretto House de Steven Holl

Boceto e infografía Stretto House de Steven Holl

La Casa Stretto es adaptación y compresión del lugar. Una combinación entre tradición y modernidad que, junto a una genial ideación creativa de Steven Holl, consigue articular diferentes conceptos mediante la música para crear un espacio único repleto de luz.

Más allá del espacio-tiempo

La relación entre arquitectura y música es una realidad que ha estado presente a lo largo de toda la historia, evolucionando y dando origen a elementos donde converger. Se ha creado una conexión que conjunta espacios de experimentación en el que las ideas actúan como un pequeño motor que despierta sentimientos y pone sobre la mesa nuevos métodos compositivos. Aquí, no importa conocer cuál de las dos influye sobre la otra, sino de disfrutar como ambas se inspiran.

Sobre el autor

Guillermo Megías

Guillermo Megías

Graduado en Publicidad y Relaciones Públicas y especializado en Comunicación e Industrias Creativas por la Universidad de Alicante. Su trayectoria profesional le ha permitido trabajar en diferentes grupos de trabajo y proyectos de emprendimiento. Desde 2020, ejerce como responsable de comunicación en ADORAS, estableciendo las líneas estratégicas en materia de comunicación y coordinando diferentes equipos de trabajo. Además, lleva a cabo trabajos de analítica web, diseño gráfico, fotografía y redes sociales.

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