La actual crisis sanitaria ha puesto en cuestión nuestra forma de vivir y cómo esta se ve condicionada por la arquitectura que habitamos.
Tras estar confinadas más de 5 meses, muchas personas se han dado cuenta de que su vivienda o su entorno no se adecúan a sus nuevas necesidades. Ante esta situación las respuestas que se han dado han sido muy variadas; reformas parciales o integrales, nuevos hábitos de consumo, cambio de residencia, etc.
En la arquitectura, desde antes de la pandemia ya se venían explorando varios campos de reflexión y
experimentación. Ejemplo de ello es la línea curatorial de la XVII Bienal de Arquitectura de Venecia planteada por Hashim Sarkis a modo de pregunta (visionaria) ¿Cómo viviremos juntos?; o las propuestas habitacionales de algunos de los últimos premios Pritzker como Alejandro Aravena o Lacaton Vassal.
Entre las respuestas concretas que, desde la profesión, se dan a las nuevas demandas habitacionales encontramos los modelos de vivien da colectiva como el co living y el co housing.