Arquitectura del cine (o el cine de la arquitectura)

on 14 octubre, 2022

Cuando hablamos de las 7 grandes artes es muy sencillo trazar interrelaciones entre unas y otras. Y es evidente que la pintura o las bellas artes se retroalimentan en nuestro campo de trabajo y nos ayudan a expresar nuestras ideas para finalmente materializarlas en el plano real.

Esta retroalimentación entre artes no solo se queda aquí, sino que evoluciona y se adapta a los tiempos para generar nuevas relaciones. Una de las más conocidas es la vista con el cine y la arquitectura, donde escuelas como la Bauhaus apostaron por este nuevo arte para hacer llegar su obra a un público mayor. Además, muchos arquitectos se valieron del mundo de la escenografía como tablero de experimentación para expandir sus ideas arquitectónicas.

Sigfried Giedion, arquitecto modernista suizo y defensor de las ideas propuestas por la Escuela de Chicago, reconoció que era el cine el único medio capaz de convertir la arquitectura moderna comprensible para la sociedad. El artista exponía que proyectos como las casas de Le Corbusier y Pierre Jeanneret podían ser expuestas al gran público mediante la gran pantalla. Pero no solo eso, sino que también podía lograr convertir a la arquitectura moderna en algo deseable y hacerla popular entre las masas. De hecho, en una translación a nuestros días, es destacable el uso de la escenografía de arquitectura tradicional y contemporánea que se hace en los videoclips de artistas como C. Tangana, donde monumentos como la Catedral de Toledo, la Casa Carvajal o la Iglesia de Santa Ana juegan un papel crucial en la escenografía.

La arquitectura como escenario en el cine

Al igual que ocurre en la vida cotidiana, donde los individuos estamos familiarizados con unos y otros espacios arquitectónicos, el cine trata de reflejarlos como trasfondo de la acción que ocurre. Esto no solo lo hace para lograr un mayor realismo, sino también para que el espectador empatice, se vea reflejado en la ficción y le haga sentir. En definitiva, la escenografía debe ser consecuente con la narrativa para crear un clima, una atmósfera que invite a la acción y un recuerdo perdurable.

En la historia del cine, diversos directores han dotado a la arquitectura de sus películas de una gran importancia, convirtiéndose en una verdadera protagonista y siendo parte de su narrativa. Y, al igual que en cualquier arte, se sirve de una crítica que actúa como método de entendimiento y cambio social.

A lo largo de este artículo, nuestro equipo recoge algunas de las películas en las que la arquitectura cobra importancia. Verdaderos clásicos del cine que cualquier arquitecto debe ver.

Mon oncle de Jacques Tati

Esta película francesa de 1958 y ganadora de un Oscar a la mejor película extranjera, presenta algunas de las escenas que mejor entienden la arquitectura tradicional y la arquitectura de la postguerra occidental. Y, aunque esa reflexión sobre los espacios y la genialidad de la composición de los escenarios es un común denominador de la cinematografía de Tati, es especialmente certera y divertida en ésta.

Mon Oncle compara y satiriza en su obra los espacios de la ciudad de los años 50s. Por un lado, la ciudad tradicional, con sus intrincados recovecos, sus imaginativas soluciones y subdivisiones.  Por otro, el modelo de consumo burgués y del positivismo tecnológico, la racionalidad de las líneas y la obsesión por la limpieza con gadgets domésticos. Y es bajo estos dos planteamientos donde el director toma la decisión artística de representarlos a través de dos espacios arquitectónicos que le sirven para profundizar, también, en una sátira sobre los espacios de trabajo.

La obsesión del autor por higienizar la arquitectura y las ciudades queda patente en esta película, acercándose a los valores propuestos por el movimiento moderno de Le Corbusier o el urbanismo de París Haussiano.

Mon oncle de Jacques Tati

Mon oncle de Jacques Tati

Le Mépris de Godard (1963)

Es uno de los ejemplos más evidentes de la exquisita precisión entre escenario y narrativa. La biografía de la realidad y la biografía de la película. Habla de personas extravagantes; de un lugar de refugio (¿o lo es de presidio?), de la sensualidad del mediterráneo, de lo atractivo y lo defensivo.

Probablemente, el proceso creativo de toda esta hornada de directores franceses, con un elevado ideario creativo y un gusto plástico tan afín a la arquitectura, realzó e idealizó una obra que, a pesar de las controversias que la rodean, es una pieza de estudio fantástica para entender la modernidad en el arco mediterráneo.

El espacio arquitectónico no busca aquí provocar una crítica, sino mostrar la identidad del lugar en el que se desarrolla la acción y transportar al espectador a ella.

Le Mépris de Godard

Le Mépris de Godard

La Giovinezza de Sorrentino (2015)

Algo debió pasar en la segunda década del nuevo siglo, donde se recuperó un asombroso interés por ciertos estilos visuales y espacios interesantísimos de los hoteles.

En Le Mépris, la acción también transcurre en un hotel, pero en la propuesta de Sorrentino tiene aún más sentido que se desarrolle aquí. El hecho de que los personajes se encuentren en un espacio de bienestar y recuperación, no hace más que acentuar una tremenda melancolía hacía los años de juventud. Una película con menos tirón que la Grande Bellezza (Paolo Sorrentino, 2013), pero con escenas igualmente exquisitas y con una reflexión en torno al cuerpo, lo efímero, el lujo y el espacio.

La Giovinezza de Sorrentino

La Giovinezza de Sorrentino

La arquitectura imaginaria como escenario en el cine

El cine es una dimensión formal que te transporta a cualquier lugar dentro y fuera de nuestra realidad. Si existe un medio dónde imaginarse cómo es vivir en otros mundos, ese es el cine. Cualquier descripción literaria o representación narrativa tiene cabida. Y dependiendo de la visión del director, esta será representada de una forma u otra.

A lo largo de este punto vamos a realizar un viaje por aquellas películas que sitúan al espectador ante lo desconocido. Películas que nos invitar a soñar e imaginar que hay ahí fuera, o cómo los avances tecnológicos nos han ayudado a convertirnos en sociedades super avanzadas.

Odisea en el espacio de Stanley Kubrick (1968)

El uso de la perspectiva y la composición de este director, que venía de la fotografía y cuya obsesión era conseguir planos que aportasen sentido e información a la acción, nos regaló un metraje con imágenes poderosísimas.

Odisea en el espacio es el reflejo de la carrera espacial del nuevo milenio. Una esperanza a un futuro mejor para la sociedad que tiene su base en una serie de novelas de Arthur C. Clark. Aquí, el autor expresa un espacio de corte futurista en el que el juego de colores da lugar a planos en los que no hace falta nada más.

Arquitectura y cine de Blade Runner (1982)

Probablemente, una de las obras más influyentes en la cultura visual de la generación de los 80s. Ridley Scott consiguió que Blade Runner se convirtiera en la obra ciberpunk por antonomasia.

La propuesta del autor nos situaba ante un mundo muy bien escrito, con una arquitectura y una atmósfera visual que era capaz de transportarnos a su universo. Mansiones diseñadas por Frank Lloyd Wright, hoteles de lujo californiano y fantásticas maquetas con toques faraónicos que quedaban potenciadas a través del uso de hologramas, lluvia ácida y atmósferas oscuras. En definitiva, Blade Runner definió visualmente todo aquello que hoy en día identificamos como ciberpunk.

Blade Runner de Ridley Scott

Blade Runner de Ridley Scott

Blade Runner 2049 de Dennis Villeneuve (2017)

Villeneuve vuelve a tratar muchos de los puntos de la original, pero con un renovado gusto estético y con un salto en las imágenes concebidas. Aquí, el autor plantea un personaje cuanto menos interesante. Una “diseñadora de recuerdos” que configura los recuerdos artificiales y la identidad de los replicantes. Hasta cierto punto, esto empata con lo que más adelante veremos con Inception, pero sin explicarse tanto al público y con una mayor sutileza.

Visualmente, Villeneuve buscó lograr un efecto parecido al que consiguió Scott con la original. Para ello, se valió de una escenografía y CGIs muy trabajados con los que transmitir una atmósfera parecida a la de su predecesor y estudió el uso de diferentes obras arquitectónicas de corte moderno para el filme. El ejemplo más claro es el Museo de Cromañón, diseñado por Barozzi Veiga, que sirvió a Villeneuve para escenificar una de las salas que conformaban la Wallace Corp.

 
Blade Runner 2049 de Dennis Villeneuve _Wallace Corp

Blade Runner 2049 de Dennis Villeneuve _Wallace Corp

La arquitectura en el cine como metáfora

Uno de los puntos que distancian el teatro del cine, es el hecho de que no hay que realizar el ejercicio de imaginar que la acción está pasando en un espacio distinto del que están los actores. El cine nos sitúa directamente en el espacio en el que transcurre la acción y elimina esas barreras imaginativas.

Si hablamos de los espacios de la memoria, puzles espaciotemporales o mundos oníricos, el cine tiene muchos más recursos con los que representarlos. Estos planteamientos, que tienen una difícil reproducción en otros medios, son una gran oportunidad para la creatividad de los escenógrafos y, el cine, la plataforma perfecta para llevarlos a cabo.

Arquitectura y cine de Dogville (Lars Von Trier, 2003)

Grace tiene que esconderse de los gangster en un pequeño vecindario. Pero aquí, en lugar de “recrearse” los espacios minuciosamente como estamos acostumbrados en el cine actual, Von Trier decidió dibujar los planos de las casas y poner al espectador en un punto de “urbanista”.

Dogville de Lars Von Trier

Dogville de Lars Von Trier

Anna Karenina de Joe Wright (2012)

Anna Karenina es una de las obras más adaptadas al mundo del cine. La obra de Tolstoi da juego a los directores, y cuando ya llevas cerca de una docena, igual llega el momento de innovar. Wright lleva la acción a un teatro del Siglo XIX donde atrezza los escenarios y trabaja sobre las tablas, creando un espacio que simula sutilmente las localizaciones de la acción. Por supuesto, es menos rompedor que la propuesta de Von Trier, pero resultó refrescante siendo una producción importante.

Inception de Christopher Nolan (2010)

La versión en carne y hueso y más aburrida de Paprika. Detectives de sueños que introducen el concepto de “creadores de sueños” con todo lo que ello implica: profesionales para diseñarlos. Aquí, Elliot Page interpreta a una arquitecta que tiene que desarrollar el gustoso trabajo de moldear la forma del sueño a su antojo. Así, crea una bonita metáfora del trabajo de los directores de cine, porque, ¿acaso no están diseñando un mundo que nos fascina y nos atrae?

En este espacio onírico planteado por Nolan y controlado por los creadores de sueños, las reglas pueden romperse, creando espacios retorcidos o laberintos ópticos que afectan a los personajes, pero que alimentan nuestra cultura visual.

Inception de Christopher Nolan

Inception de Christopher Nolan

La arquitectura postcréditos

Arquitectos, diseñadores y creativos se han valido del surgimiento de los nuevos medios para alimentar su potencial imaginativo, y el de los espectadores, en un diálogo muy enriquecedor entre disciplinas que atraviesa fronteras. Además, la democratización de estos medios, facilitada también por el avance tecnológico y la posibilidad de tener a nuestro alcance cámaras de video mediante nuestros dispositivos móviles, ha permitido que formatos como el documental, el reportaje de viaje, de espacios, o incluso museos, aparezcan en plataformas como TikTok, Instagram o YouTube.

Por ende, el cine y sus derivadas digitales se han convertido en un escaparate de ideas, proyectos y sensibilidad que, como diseñadores, no debemos descuidar. En una sociedad donde el contenido se reparte y se amplía cada segundo, la oportunidad de hacer una divulgación arquitectónica más cercana no es sólo una posibilidad, sino una obligación. Mediante su uso, los ciudadanos podrán conocer mejor los espacios donde van a vivir, reír y disfrutar. Los medios audiovisuales son, en definitiva, una herramienta para que los arquitectos puedan hacer soñar y dar a conocer nuevas formas de vivir que contribuyan al bienestar.

Sobre el autor

Carlos Ortiz

Carlos Ortiz_Blog

Arquitecto por la Universidad de Alicante, ha desarrollado su experiencia formativa y profesional durante 3 años entre Alicante y Rotterdam en estudios de arquitectura como Scalar.xyz e IND [Inter.National.Design], especializándose en arquitectura BTS.

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