SIMBIOSIS ENTRE PASADO Y FUTURO EN LA ARQUITECTURA ALICANTINA
En pleno ensanche de Alicante, dos edificios de los años 40-50, referentes en la arquitectura alicantina y en cuyos bajos se encontraba la tienda Caramelos Picó, recordada por todos los niños de aquel entonces, es el lugar donde se levanta este edificio de 5 plantas más ático entre medianeras,
La fachada de Pintor Lorenzo Casanova, cargada de simbolismo, representa la convivencia entre materiales y diferentes épocas. Elementos cerámicos y metálicos se unen en un edificio que dialoga con el entorno mientras se inclina hacia la Plaza Séneca, un espacio ajardinado en el que se ubica la antigua estación de autobuses, rehabilitada y convertida en espacio de celebración de eventos de la ciudad de Alicante.
En su interior, un patio ajardinado se integra en el patio de manzana. Tan soleado como la calle, se convierte en el espacio íntimo y luminoso al que se abren los dormitorios principales del edificio.
Interiores cuidados y con personalidad propia, baldosas hidráulicas originales, muros imitando las mamposterías originales, tabiques de vidrio y campanas semi-industriales dan lugar a espacios donde conviven materiales del pasado y futuro en una simbiosis perfecta que confiere a este edificio de su carácter singular.